2 de diciembre de 2009

Hábitos nocivos. Tabaquismo

Una de las tareas más importantes que realizan los trabajadores de la salud es la de prevención.
Muchos son los hábitos nocivos que inundan las vidas de los individuos de la sociedad actual, podríamos clasificarlos en dos grandes tipos:
1.Hábitos de riesgo
En los que llamaríamos hábitos de riesgo (conducir imprudentemente, practicar sexo inseguro, alimentarse inadecuadamente, etc.), se incrementa el peligro de sufrir un daño por la práctica de una actividad en condiciones de escasa seguridad.
2.Hábitos tóxicos
Son los producidos por el consumo de una sustancia nociva que incrementa el riesgo de sufrir un deterioro. Entre tales hábitos se encuentran lógicamente los relacionados con el consumo de todo tipo de drogas, siendo el tabaco y el alcohol, por su gran extensión en la sociedad, los que más preocupan a las autoridades sanitarias.


TABAQUISMO

El consumo de tabaco no es sólo se da en la actualidad sino que comenzó en las sociedades occidentales hace casi 500 años. No obstante, fue la aparición de cigarrillos manufacturados en 1895 y la extensión de su uso en las dos guerras mundiales lo que condicionó que pasara a ser un problema epidémico de graves consecuencias médicas y económicas. Es un hecho comprobado que éste hábito es uno de los más populares en todo el mundo, aunque sea a la vez unos de los más peligrosos.
Son muchos los que recurren al tabaco para calmar su ansiedad y olvidarse de sus problemas, sin pararse a pensar que pueden estar arruinando sus vidas.

El humo de los cigarrillos es un aerosol que se produce por la combustión incompleta de las hojas del tabaco. Está compuesto por una fase gaseosa y una fase de partículas. La mayor parte de la fase de partículas la constituyen el alquitrán, la nicotina y el agua. El alquitrán es el residuo que queda tras la extracción del agua y la nicotina de la fase de partículas. La nicotina que constituye el 93% de todos los alcaloides contenidos en el humo del cigarrillo, es una poderosa droga que crea una dependencia psíquica y física muy parecida a la que produce la heroína. Éste dato ayuda a explicar por qué tantos fumadores son incapaces de abandonar el hábito.
El consumo de tabaco mata en la actualidad alrededor de 4 millones de personas cada año en todo el mundo (aproximadamente el 7% del total de todas las muertes); se estima que en el 2020 causará el 18% de todas las muertes en países desarrollados y el 11% de las muertes en países en vías de desarrollo. Si las tendencias actuales con relación a su consumo continúan- incorporación masiva de los países no industrializados a su uso, proporción importante de adolescentes y jóvenes que comienzan a fumar, tasas bajas de fumadores que dejan de fumar, etc…- se estima que en el año 2030 serían 10 millones de personas las que morirá anualmente a causa de su consumo. El consumo de tabaco, además, es una causa conocida y probable de más de 25 enfermedades, incluyendo cánceres de pulmón y de otras localizaciones, enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, enfisema y otras enfermedades pulmonares crónicas.
El tabaco es la primera causa prevenible de enfermedad e incapacidad en las sociedades industrializadas. El problema es aún mayor si se tiene en cuenta la gran cantidad de personas que por convivencia familiar o laboral se ven obligadas a respirar aire contaminado con humo del tabaco (fumadores pasivos) lo que también se ha demostrado como claramente perjudicial, sobre todo en niños.

Los profesionales sanitarios desempeñan un papel muy importante como modelos de conductas saludables en la comunidad donde trabajan. Es muy importante, pues, que abandonen el consumo de tabaco o no fumen en público o en áreas sanitarias destinadas al público, informen y eduquen a la comunidad y muestren una actitud inequívoca en contra del tabaco.
En Atención Primaria es rara la ocasión en la que el propio paciente fumador solicita ayuda para dejar de fumar.

Algunos Consejos para dejar de fumar son:
-Convencerte de que puedes dejarlo.
-Evitar la compañía de amigos fumadores.
-Mantener las manos ocupadas, parece una tonteria pero funciona.
-Tomar un caramelo cuando se de ganas de fumar.
-Bañarse y ducharse con frecuencia y beber agua en abundancia; de esta manera se puede lavar la nicotina por dentro y por fuera.
-No consumir bebidas alcohólicas.
-Hacer ejercicio para conservar un buen estado físico. Dormir bien y descansar tanto como se pueda.
-No obstante siempre está la opción de recurrir a un tratamiento farmacológico como son los parches o chicles de nicotina, entre los más comunes.


Es importante considerar que la mayoría de las personas que dejan de fumar recaen dentro del primer año, sobre todo en las dos primeras semanas. Una semana de seguimiento en esas dos semanas puede ser muy efectiva para que el paciente se mantenga sin fumar.

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